A Bill of Rights in Cyberspace. Así se titula la columna de Jeff Jarvis en el Guardian en la web. Aquí mis consideraciones.
La libertad es la esencia de Internet. Desde su surgimiento - y auge inmediato - el éxito de Internet se debe a que supone un acceso a la igualdad. Por un momento, la realidad no es real, sino virtual. Esto implica que no hay barreras para lo que yo hago, y por ende, tampoco barreras para lo que soy. Uno puede navegar por mundos que años atrás, podría haber muerto sin conocer. Mundos enteros que implican diferencias geográficas, étnicas, políticas y culturales principalmente. Es una herramienta única y sin precedentes, no comparable con ninguno de los medios de comunicación anteriores. La respuesta a su popularidad. Y la popularidad como motor de su funcionamiento.
Por eso; ¿Qué sucedería si se acaba la libertad en Internet?
Como primer punto básico, me uno a lo proclamado por Jarvis: "Tenemos derecho a conectarnos". Si se carece de este derecho, es inútil aspirar cualquiera de los siguientes. Privar a un ciudadano de Internet, equivale a censurar los canales de televisión, una radio o un diario. El hecho de que el ciudadano sea partícipe no significa que Internet no sea un medio como los demás, y por lo tanto, igualmente respetable.
Por eso; ¿Qué sucedería si se acaba la libertad en Internet?
Como primer punto básico, me uno a lo proclamado por Jarvis: "Tenemos derecho a conectarnos". Si se carece de este derecho, es inútil aspirar cualquiera de los siguientes. Privar a un ciudadano de Internet, equivale a censurar los canales de televisión, una radio o un diario. El hecho de que el ciudadano sea partícipe no significa que Internet no sea un medio como los demás, y por lo tanto, igualmente respetable.
El ciudadano partícipe es otra ventaja de Internet, y el punto número dos en el artículo: "Tenemos derecho a hablar". Este es el único "lugar" (como lo denomina el autor más adelante) que permite la expresión de las personas de forma gratuita y sin límites. Habiendo conocido estas posibilidades, privar a alguien de él sólo lo haría sentir impotente. ¿Quién me escuchará ahora? Si en el diario de la mañana se publicara cuál es mi humor en el día de hoy, mi protesta por la inseguridad y mi opinión acerca del aborto -y esto multiplicado por la mitad de la población en la Tierra- no alcanzarían las páginas del diario para decirlo todo. Sería por lo tanto imposible. Nadie me escucharía ahora.
El tercer punto es, a mi opinión, más discutible. Sí me parece que cada uno debe tener el derecho a escribir en su idioma, pero de esta forma se está privando a todas aquellas personas que no lo hablan tu idioma de tu información.
Los puntos cuatro y cinco van de la mano: las personas se reúnen para actuar. Siempre y cuando no se trate de operaciones en contra de la ley, o que violen los Derechos Humanos, es necesario mantener a la humanidad en movimiento. Es necesaria la acción para no morir estancados.
De la misma manera considero que el sexto punto se corresponde con el séptimo. Tenemos el derecho de controlar nuestra información así como nuestra identidad. La pérdida de alguno de estos derechos implica una violación de la privacidad.
El anteúltimo punto reza: "Lo que es público es un bien público". Una vez convertido en público, es muy difícil que este "lugar" se asuma de otra forma. Las personas no aceptarían tan fácilmente una privatización, y esto conduciría a la corrupción.
El tercer punto es, a mi opinión, más discutible. Sí me parece que cada uno debe tener el derecho a escribir en su idioma, pero de esta forma se está privando a todas aquellas personas que no lo hablan tu idioma de tu información.
Los puntos cuatro y cinco van de la mano: las personas se reúnen para actuar. Siempre y cuando no se trate de operaciones en contra de la ley, o que violen los Derechos Humanos, es necesario mantener a la humanidad en movimiento. Es necesaria la acción para no morir estancados.
De la misma manera considero que el sexto punto se corresponde con el séptimo. Tenemos el derecho de controlar nuestra información así como nuestra identidad. La pérdida de alguno de estos derechos implica una violación de la privacidad.
El anteúltimo punto reza: "Lo que es público es un bien público". Una vez convertido en público, es muy difícil que este "lugar" se asuma de otra forma. Las personas no aceptarían tan fácilmente una privatización, y esto conduciría a la corrupción.
"Internet debe construirse y operarse abiertamente", así se titula el último derecho. De haber limitaciones, ya fueran de la información o monetarias, entonces no habría igualdad; y por ende, se perdería el atractivo de Internet: la libertad.
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